El día del viaje comenzó con mucha alegria y entusiasmo de parte de todos, nos despedimos de nuestros padres y luego despachamos las valijas.
Viajamos en vacaciones de invierno y esto llevó a que en el avión tengamos de compañeros a chicos que hacían mucho ruido, tanto que eran observados por las azafatas durante el vuelo.
A pesar de esto y alguna que otra turbulencia, llegamos a Madrid. En el viaje compartimos anécdotas graciosas.
Hicimos escala en Madrid y el segundo vuelo se retrasó 50 minutos por la alta demanda del aeropuerto, pero esto nos vino bien para descansar ya que todos estábamos demasiado agotados del vuelo anterior.
Tanto así que en el avión no se escuchó ni una palabra de nadie, todos íbamos durmiendo para recuperar el sueño perdido.
Llegamos al aeropuerto de Gatwick donde tuvimos un problema con una valija que rápidamente fue solucionado. Luego viajamos hasta el barrio céntrico de St. Giles donde está ubicado nuestro hotel. El trayecto duró unas horas y cruzamos el río Támesis por abajo de un túnel…. ahí fue cuando empezó lo realmente bueno, o por lo menos para mi, que los viajes y las esperas las padezco.
Luego del check-in donde estuvo bueno que pudimos elegir a los compañeros de habitación, fuimos a almorzar a Burgerking, además de comer unas hamburguesas, probamos los distintos sabores de la bebida Fanta y CocaCola, que tienen variaciones en sabor cherry y uva.
Un rato después de comer empezamos el recorrido por la ciudad de Londres, visitamos The National Gallery, paseamos por Chinatown, Trafagar Square y el Covent Garden.
Algo curioso en Trafalgar Square fue que encontramos a un hombre que quiere romper el récord Guinness de abrazos dados en un fin de semana, todos le dimos un abrazo y grabamos un video para su cuenta de instagram.
Entre recorridas y compras de souvenirs y dulces pasamos la tarde.
El cansancio empezó a sentirse entonces volvimos para el hotel previo pasar por un supermercado y comprar algunas cosas para comer todos juntos a la noche.
¡Esto recién empieza!
Abril